Descontrol total

Querio diario:

Ja ja ja, si claro... veo la última entrada y me siento un verdadero asco...
Si, siempre tan motivada, autoconvenciéndome de que el día que sigue será un perfecto día junto a Ana... en el que no comeré más de lo que tengo predestinado, y beberé mucha agua, estaré con faja todo el día, haré ejercicio, me distraeré en cosas como tareas y blah blah...
Y claro, entro a la cocina para comer una manzana, y es cuando los pensamientos de " estoy sola, puedo vomitar sin que se den cuenta" o "te ducharás, puedes vomitar mientras pones música o el calefactor", me mandan a la mismísima mierda. Si no son esos pensamientos es simplemente el descontrol, que comienza comiéndose una simple manzana, luego un yogurth, pan integral, quesillo, queso normal, pan... y ya perdí la cuenta. Cuando sé que está claro que lo que comí "no corresponde", sigo comiendo más, resignándome a que vomitaré y sacaré toda la mierda de mi estómago.
Pero sucede que ya estoy harta de esta situación... comer, vomitar, dormir... despertar, comer, vomitar, dormir... Las arcadas me dejan sumamente débil, mi cuerpo tirita, y el sueño me consume a pesar de que lleve despierta 2 horas...
Y claro, la gente a mi alrededor se pregunta... ¿Si es tan cansador ser bulímica, pues por qué no lo deja y ya ?. Y yo respondo: simple, para mi cuerpo ya es normal ser bulímica... Está totalmente acostumbrado a recibir montones de comida chatarra y después devolverlos... Tan acostumbrada como lo está una persona normal a levantarse y ducharse por las mañanas, a comer a la hora de almuerzo, cena y desayuno, a lavarse los dientes, a dormir cuando uno tiene sueño...
El hecho de tratar de dejar de pegarme atracones es como pedirle a tus párpados que dejen de pestañear... Y así jamás saldré de esto...
Por otro lado está la maldita obsesión por ser delgada... Es que la fascinación que me causa el hecho de admirar mi cuerpo perfecto, sin curvas, sin líneas, delgado, femenino, me hace tan inmensamente feliz... El hecho de poder comprar la ropa que quieras y lucir bien, el hecho de poder usar bikini orgullosa, el hecho de que me digan "regia, estupenda", me hace radiar tanto amor hacia mí misma y hacia los demás...
Todo lo contrario sucede cuando como normal... El estómago se infla, te sientes pesada, llevas comida dentro y la constante sensación de querer vomitar... Luego  de una o dos semanas comiendo normal y "rico" te observas al espejo y no puedes creer lo que ves: La imagen que tanto amabas de ti misma se desvanece poco a poco, tus piernas se ensanchan, tu abdomen ya no se ve plano, ves grasa en todos lados y te vas al infierno mismo... Te odias a ti misma y lo único que quieres es aislarte. Odias a tu alrededor, lloras sola, te cortas, golpeas las almohadas, y para peor,ese vacío no sabes llenarlo de una mejor manera que comiendo. Comes, comes, comes.... Chocolates, pan, dulces, manjar, pasteles, yogurth, cereales, arroz, fideos, mantequilla, azúcar... y luego, al baño... Y a dormir...
Y así... una maldita rueda que gira, y gira, y gira...
Pero a pesar de eso tengo las esperanzas de poder adquirir el control... Creo que el error está en querer dejar de comer tan rápido... y es un gran problemas de las chicas que sufrimos de estos problemas, queremos soluciones rápidas... Y si dejo de comer, no soportaré el hambre, como una princesa Ana lo soporta... Debo acostumbrarme... así que no me doy por vencida. No, comida maldita, no me la ganarás.

"Porque nada sabe mejor que estar delgada..." Ana.