jueves, 2 de mayo de 2013

"Campos de Fresas"

Querido diario:

Bueno hace unos meses supe de el libro " Campos de Fresas" mi novio lo ha estado leyendo, por mí mas que nada... por comprenderme, por saber lo que siento, y bueno he acabado de leer "Chicas de Alambre" y es buenísimo, no habla tanto de lo que es la anorexia en sí, sino del fuerte impacto social que causa en las adolescentes alrededor del mundo. Buscando el análisis me di cuenta de que era el mismo autor de "Campos de Fresas" no lo he leído  pero por lo que sé trata de una niña que queda en coma por consumir una pastilla de éxtasis. En la historia está el chico que la ama, su mejor amiga que es bulímica, los papás y otros... Mi novio una vez me leyó una frase que me identificó demasiado... así que decidí buscar por mi cuenta más frases que por deducción y como pensé también me identificarían :

" Loreto entró en el cuarto de baño y cerró la puerta. Inmediatamente después de ello, pegó la oreja a la madera. No tuvo que esperar demasiado. No les oía hablar con claridad, aunque sí supo que lo estaban haciendo por el tono de sus voces,ahogadas en cuchicheos y la distancia. También reconocía el tono de su previsible discusión. Ahora su madre solía entrar en el baño sin llamarla a la puerta, para tratar de sorprenderla si vomitaba. Las últimas peleas, y las últimas lágrimas maternas, habían sido la causa. Al menos antes del ultimátum del psiquiatra. 
Tanto tiempo vomitando, vomitando, vomitando...
El psiquiatra le dijo que solo dependía de sí misma. Si continuaba, muy pronto dejaría de vomitar. Ya no podría. Estaría muerta.
No quería morir, pero su hambre incontrolada, el miedo a engordar, la sensación de impotencia y frustración, aún eran superiores a ella.
Nadie se acercó a la puerta. El cuchicheo subió de tono, alcanzó un climax y después cesó. Creyó escuchar palabras como "confianza" y fragmentos de frases sueltas como " no presionarle" o "vamos a esperar, nos prometió...". Promesas, promesas, promesas. Todas desaparecían al acabar de comer. Entonces quedaba ella, y sólo ella frente a sí misma. 
Casi instintivamente, como el drogadicto que busca la aguja de forma inconsciente para hundírsela en la vena, se llevó los dedos a la boca. Los introdujo hasta la garganta.
Y sintió la primera arcada. Había comido en exceso: sopa, carne, ensalada, pan, postre. Sería fácil devolverlo todo. Bastarían unos segundos, como siempre.
Sin ruido..."

"Loreto se miró en el espejo de su habitación. Desnuda.
Recorrió las líneas de su cuerpo, una a una. Casi podía encontrar sus huesos, las diagonales de sus costillas, el vientre hundido, la pelvis salida y extrañamente frondosa, las nudosidades de sus rodillas, la piel seca, el cabello débil y sin fuerza que se la caía cada día más. Y aún así, se sintió mal por algo distinto. Peor. Gorda.
Tuvo que cerrar los ojos, y volver a abrirlos, para enfrentarse a la realidad, tal como le había dicho el psiquiatra. 
Se estaba muriendo. Si no dejaba de comer descontroladamente para vomitar después al sentirse culpable de ello temiendo a la obesidad, sería el fin.Había llegado al punto límite, y tras el, no existía retorno posible"


Digamos que estos pensamientos me atrapan a diario. No evité dejar caer una lágrima con lo identificada que me sentí al leer estos párrafos...





1 comentario:

  1. Suena muy atrapante, cuidado que no te sea de disparador :/ Es lógico sentirse identificada. Hay muchos libros que hablan de esto, cada vez más diría. A mí personalmente me gustaría que hubiera uno que trate de alguien que no sea adolescente y tal vez de un chico, para variar un poco.
    Está bueno.

    Te deseo lo mejor :)

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